No me arrepiento, de nada.
Siempre se mira lo que se hace, pero nunca se le da importancia al por qué.
Cuando nos sentimos solos, siempre confiamos en que esa persona aparezca por detrás y te abrace, tan fuerte, que se te olvide todo lo demás. Pero cuando eso no pasa... tenemos que buscar alternativas, y quizá esté mal hecho, pero todos tenemos un límite, y hay que saber hasta que punto aguantar.
Cuando das todo de ti necesitas que te demuestren que también le importas para saber que merece la pena luchar.